Hombres... escuchen...
Mi intensión es traer soluciones. Tomar consciencia sobre el tema. Ayudar a abrirle el camino a los hombres para que podamos, poco a poco, tomar nuestro lugar y expresar y compartir ese gran regalo que tenemos para el mundo. Que podamos llegar al Sagrado Masculino. A la Masculinidad Sagrada.
Para lograr este objetivo, necesitamos sobrepasar el dolor, la vergüenza, el coraje y la polaridad que nos separan de las mujeres y del sagrado femenino. Necesitamos aprender a abrazar nuestra sombra, hacernos más grandes que ella, y usarla a nuestro favor.
¿Por qué al hombre se le hace tan difícil conectar con sus emociones?
Antes de contestar esta pregunta, quiero salirme del genero, y entrar en el rol masculino y el rol femenino. Son dos cosas diferentes que se entrelazan.
El rol femenino se relaciona con el “Yin”, con el amor, con el apoyo, con la nutrición, con la compasión, con cuidar al enfermo (y al necesitado). El rol femenino esta bien conectado con las emociones. Se maneja desde el cerebro mamífero (emocional), y desde el sistema límbico, que es el que nos conecta con la comunidad.
El rol masculino se relaciona con el “Yang”. Es mucho mas seco. Mas fuerte. Se relaciona con la defensa. Con la estructura. Con la disciplina. Con los límites. Con la construcción de la infraestructura para apoyar la vida. Con pelear contra el que se atreva a meterse con mi familia. Muchas de estas funciones requieren que uno sea mas seco. Menos sensible. Se maneja desde el cerebro reptil (que se relaciona con la supervivencia).
Ambos roles son igual de importantes. No se puede tener uno ni el otro. El rol masculino necesita la sensibilidad del femenino, y el femenino necesita la estructura y la estabilidad del masculino.
Tanto hombres como mujeres, tenemos ambos tipos de energía (yin/yang), pero puede haber una tendencia a que los hombres vivamos desde la energía masculina, y las mujeres desde la femenina. Necesitamos aprender a sobrepasar los roles, y tomar e integrar todo lo que nos compone. Todos tenemos energía masculina y femenina; de víctima y perpetrador; de luz y sombra; de perfección e imperfección; de invasor e invadido, etc.
Unos roles pueden parecer mas simpáticos que otros. Suena mas bonito dar amor, que poner limites (como por ejemplo, esforzar las leyes). Pero ambas cosas son importantes, y ambas están presentes en nuestra vida diaria, nos guste o no.
Como el rol masculino requiere tanta energía “violenta”, es difícil visualizar el sagrado masculino. Puede ser difícil entender como esta energía tan seca pueda ser el cimiento para crear una sociedad amorosa. Para los hombres, puede ser difícil encontrar un modelo a seguir. No hay un hombre perfecto que no tenga sombras, ni defectos ni debilidades. Aun los hombres mas dignos terminan desacreditados cuando les sale la sombra. Tenemos que estar claro que conectar con el Sagrado Masculino no significa que vamos a ser perfectos. En cierta forma es todo lo contrario… somos imperfectos, sensibles y vulnerables. Es un estilo de vida en el que aprendemos cada día, cada momento, a tomar las cosas tal y como son. Como adultos, asumimos responsabilidad por nuestros errores, pero no vivimos martirizándonos, juzgándonos ni justificándonos.
Parte de lo que queremos conseguir es usar nuestra fuerza masculina (con todas sus luces y sombras) para convertirnos en hombres de bien y ponernos al servicio del sagrado femenino. Así podremos trabajar en conjunto.
La Energía Masculina:
Es mas agradable pensar en la energía sutil femenina, que alimenta y cuida a los necesitados. La energía masculina aparenta ser seca, insensible y violenta.
Sin embargo, es necesario que alguien corte los arboles del bosque y tumbe los mogotes para poder hacer carreteras por las que todos guiamos. El rol masculino incluye el proteger el espacio personal. Incluye atacar y hasta matar al que trate de destruir, violar o matar a nuestros seres queridos.
La energía masculina es importante para permitir que la energía femenina pueda prosperar. La energía femenina, por mas hermosa que es, puede ser inestable y muchas veces necesita estructura y contención. Cuando logramos proveerlo con el corazón abierto, estamos actuando desde nuestro Sagrado Masculino.
Limites Personales:
Se ha hablado mucho sobre la agresión y el hostigamiento sexual. Es un problema que no podemos seguir ignorando.
Pero el problema no se relaciona tanto con la sexualidad, sino con los limites personales. La sexualidad es algo hermoso, cuando se hace desde el lugar “correcto”, y de la manera “correcta”. Sentirse atraído por alguien, o que alguien se sienta atraído por nosotros es algo bien bonito (al menos en principio). El problema es cuando se invade el espacio personal de otro, sin su consentimiento. Cuando una persona dice “no”, y la otra se impone en contra de su voluntad.
La lista del “yo te creo” esta llena de personas que, alegadamente, no saben (o no supieron) respetar los limites ajenos. La reacción a esta lista ha sido bien variada. Unos la justifican, otros la condenan, otros la ignoran. Como quiera, estamos evadiendo lo que la lista nos esta tratando de mostrar… invasiones continuas.
La pregunta importante es:
¿Cómo puedo aprender a reconocer los limites de otras personas? (para no invadirlos)
Es indispensable aprender a reconocer nuestros propios limites. Muchas veces no nos damos cuenta cuando estamos siendo invadidos. Como nos gustan las mujeres, no reconocemos cuando estas invaden nuestro espacio personal. Aun cuando logramos reconocerlo, nos da vergüenza reportarlo. Si lo reportamos, no nos toman en serio.
Mientras no conozcamos nuestros propios limites, no vamos a saber reconocer los limites de las otras personas, y vamos a seguir invadiendo. Por lo tanto: “Todos somos perpetradores. Todos somos violadores. Y todos hemos sido violados.”
Agresiones sexuales:
¿Por qué lo hacen?
Bueno, una mejor pregunta seria “Por que lo hacemos”.
Hay que establecer que todos somos violadores (con diferentes magnitudes). Unos mas que otros. Unos estamos mas conscientes que otros, pero es una condición que tenemos como animales que somos. Nuestro cerebro reptil (primitivo) nos impulsa a actuar proactivamente para preservar la especie.
Como personas maduras, se supone que modulemos nuestros impulsos (con consciencia) y que encontremos un balance que nos permita expresar nuestra fuerza vital, evitando hacerle daño a los que nos rodean.
¿Cómo se logra esto?
Tenemos que estar bien. Tenemos que estar fuertes. Tenemos que estar saludables en todos los sentidos (físico, mental y espiritual). Tenemos que ser compasivos con nosotros mismos para que podamos tener compasión con los demás. Tenemos que amarnos a nosotros mismos para que podamos amar a los demás.
Nuestro organismo trabaja de acuerdo a la cantidad de energía que tenga. Si tenemos poca energía, la prioridad del organismo será la supervivencia y actuaremos desde el cerebro reptil. Desde ahí, lo único importante es la supervivencia individual y la preservación de la especie.
A la medida que nos fortalecemos, usaremos la energía suplementaria para actuar desde el cerebro mamífero (compasivo). Ahí es donde esta la compasión, el amor, la solidaridad, las ganas de ayudar al otro, etc. A través del cerebro límbico podremos sentir a los demás.
A la medida que seguimos fortaleciéndonos, podremos nutrir los nódulos frontales de la neurocorteza. Ese es nuestro cerebro racional. Desde ahí es que vamos a tratar de tomar decisiones sabias. Mientras mas saludables estemos (en todos los niveles) mejor podremos tomar las decisiones correctas para vivir saludablemente, y apoyar a los que nos rodean.
Trabajando las heridas:
Las heridas no trabajadas nos atrasan, nos quitan energía y nos ponen a actuar desde lugares que no son los mejores (utilizando criterios equivocados). Nos hacen sentir inseguros, lo que nos va a llevar a actuar desde el cerebro reptil.
Mientras vamos logrando mirar compasivamente todas las situaciones en las que nos han herido (y que hemos herido a otros), vamos a poder superarlas y empezaremos a actuar desde un mejor lugar. Esto requiere mucha madurez, valentía, amor propio y apoyo de alguien que nos contenga.
El tener heridas no nos hace malas personas. Nos hace humanos. Pero a la medida que las vayamos trabajando, pasaremos a ser mas felices y productivos.
Es importante rodearnos de gente sana. Gente que haya trabajado sus heridas.
Las personas heridas (que no han procesado su dolor), por mas que te quieran apoyar, no van a poder mantenerse neutrales, ya que van a actuar desde su dolor. No te van a poder proveer el espacio seguro que necesitas para sanar tus heridas.
Esa es una de las razones por las que se nos hace tan difícil manejar este tema. Lo que nos impulsa a trabajarlo es la indignación por las cosas terribles que están ocurriendo. Nos envolvemos en el dolor de las mujeres (personas) abusadas en vez de rodearnos de amor y compasión.
Tema de hombres:
¿Cómo podemos aprender a ser hombres?
Nos toca a los hombres descifrarlo. No es algo que las mujeres puedan hacer por nosotros. Tampoco deben presionarnos para que lo hagamos. Nos toca a nosotros tomarnos la iniciativa. Tenemos que reunirnos y apoyarnos. Hacernos vulnerables para poder salir de la “zona cómoda” y evolucionar hacia algo nuevo.
Las mujeres, con la mejor intensión, nos presionan para que hagamos el trabajo (ya que nos resistimos a hacerlo). Esta presión hace que entremos más en nuestra resistencia y que se nos haga mas difícil abrirnos.
Sin embargo, si no nos tomamos la iniciativa, las personas mas cercanas trataran de tomarla por nosotros.
Nos toca a nosotros, como hombres adultos, consientes y maduros, hacer el trabajo. Sabes que esto nos va a convertir en mejores seres humanos. No debe ser por complacer a nadie. No debe ser para pagar deudas, ni para arreglar el daño que hemos causado (el pasado no se puede cambiar). Es porque queremos hacernos mejores personas.
El internet esta lleno de recursos para las personas que quieran conectar con su Sagrado Masculino. Existimos muchos hombres conscientes que estamos interesados en hacer lo mejor que podemos. Tenemos que rodearnos de gente positiva que nos ayuden a evolucionar. Sin embargo, lo más importante es mantenernos centrados en nuestra intensión de ser mejores personas cada día, y permitirnos estar vulnerables para entrar en las zonas incomodas que nos separan de nuestro Sagrado Masculino.
Hombre, lo que te puedo decir es que si llegaste al final de este mensaje, significa que ya tienes la curiosidad. Ya estas encaminado. Sigue que vas bien.
Muchas bendiciones a todos.
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