El Sentimiento de CulpaLa Culpa (extracto del video de Brigitte Champetier) Primero, tenemos que saber que es simplemente una emoción, es creada por una reacción hormonal. Se produce cuando tenemos miedo a perder el sentimiento de pertenencia. Tenemos miedo a perder la seguridad de pertenecer a una relación o a un grupo. Sentir culpa es una señal de que estamos a punto de ser autónomos, de ser independientes, de que nos estamos separando de un grupo. Ese grupo ya no nos va a mirar de la misma manera que antes. ¿De donde viene la culpa (ancestral)? Este sentimiento, fue creado a lo largo de nuestra vida tribal. Cuando vivíamos en tribu (hace cientos de años), era imposible pensar que íbamos a sobrevivir de un modo independiente (necesitábamos a la tribu para sobrevivir). Por el bien de la tribu, y para el bien del individuo, era importante que cada individuo que tuviera el afán de separarse, tuviera una reacción que le molestara hasta que se diese cuenta de que tenia que volver. Esa reacción tan desagradable es el sentimiento de culpa. La culpa desaparece cuando volvemos a aceptar las normas del grupo, o de la relación en la que estábamos (nos volvemos a sentir seguros). Esa reacción (que viene de nuestros antepasados) esta en nosotros todavía. Cada vez que ponemos en peligro nuestro sentimiento de seguridad, nos sentimos culpables.
Nuestra infancia: Cuando somos pequeños, la supervivencia del niño es fundamental. El tampoco puede sobrevivir solo. Por lo cual necesita hacer exactamente lo que su familia pide para ser reconocido como miembro de esa familia. Así recibe seguridad y pertenencia. El recuerdo no es solo el de hace miles de años, sino que también está el miedo que viene desde nuestra infancia. Hemos dado lo mejor de nosotros en nuestra infancia para ser fieles a nuestra familia. Cuando crecemos, y empezamos a ser adultos, la vida nos pide otra cosa. La vida nos pide que nos autonomicemos en muchos aspectos. Que encontremos nuestros valores propios. Nuestros objetivos desde nosotros. Nuestra independencia. Cada una de esas conquistas produce un enorme sentimiento de culpa. Sentimos que perdemos esa seguridad que teníamos, esa pertenencia. Podemos sentir que estamos haciendo daño. Sanación: Tenemos que agradecerle a la familia de origen. Esta nos dio tanto que (eventualmente) creció la necesidad de vivir una vida propia, rica autónoma y entregada a los demás. En ese momento desaparece el sentimiento de culpa. Sanando el daño: Cuando hago daño a alguien y me siento culpable, no estoy mirando a esa persona, solamente me miro a mi (egoístamente). Me quiero hacer daño a mi para compensar el daño que le hice a la otra persona. Quiere decir que la culpa es una actitud del ego. En la culpa no hay ningún amor al otro, solo me miro a mi. Precisamente nos vamos a dar cuenta de que cuando mire a la otra persona, desaparecerá el sentimiento de culpa. Cuando estoy metido en la culpa estoy sin amor hacia la otra persona, y sin comprender el papel de lo que yo hice. Vamos a ver: Recuerden cuando alguien (o alguna situación) les hizo daño. ¿Cuál fue el resultado a posteriori? - El Crecimiento. Sabemos que en la vida, la fuerza del amor, del dar y recibir, está continuamente en acción. Quiere decir que si algunas veces he crecido por la forma en que alguien mas me hizo daño, quiere decir que cuando yo hago daño, estoy ayudando a otros a crecer. Así funciona la vida, una vez yo, otra vez tu. Es el equilibrio de lo que nos hace crecer. ¿Qué es lo que nos hace crecer cuando nos hacemos daño? El perdonar y reconciliarse. Si lo miras a otro nivel, el daño que hice no fue por error. Eso es difícil de aceptar. Todo en nuestra vida, y la vida de los demás, esta al servicio del destino colectivo. Todo esta al servicio de la evolución colectiva y la evolución individual. Entonces, el hacerle daño al otro, también esta al servicio si lo tomo desde el amor. Tomar desde el amor el hacer daño es: Asumo la responsabilidad como si fuera únicamente mía. Al mismo tiempo que fue algo del destino, completamente necesario. Que no fue un error. Que ese paso fue necesario para mi, para la otra persona, para el colectivo. Esa comprensión me supera. No me sitúa a ese nivel, sino que me entrega a algo mas grande. Ahí sé que no hay culpa si asumo y reparo. Sé que estoy siguiendo lo que el destino me está enviando, me esta guiando. Renuncio a sentir culpa. La culpa no es del adulto. El adulto nunca va a sentir culpa. El adulto esta en el presente y en el amor a todo como es. También en el amor a lo que hizo, que fue necesario en ese momento. El por que, no es de mi incumbencia. Me entrego a algo mas grande y reparo. Me pongo al servicio de la reparación. Y suelto mi culpa. La dejo con la infancia. Mi culpa va a tratar de acompañarme todos los días de mi vida. Pero es la compañía de mi infancia. La dejo con amor, en el pasado. Ahora, soy adulto y asumo lo que he hecho, sin culpa. Es un mensaje bien profundo, bien liberador y bien pacificador. La culpa nos lleva a la expiación, al sufrimiento y en el fondo a la venganza. Ahí entramos en la creatividad y en la pacificación.
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En este blog estaré posteando artículos sobre como manejar diferentes condiciones utilizando métodos holísticos, sistémicos y alternativos. Si tienes curiosidad sobre como manejar algun tipo de condición, buscalo, a ver si he escrito algo. Si no encuentras lo que buscas me puedes escribir o llamar.
Javier Ruiz
La pasión en mi vida son los metodos complementarios para encontrar la salud a traves del trabajo personal. Archives
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