La Patada Cosmica
El ejemplo clásico de lo que es la patada cósmica es cuando ocurre algo en el trabajo, que estamos en armonía pero de momento llega un nuevo jefe, con el que no nos llevamos. De ahí comienzan los problemas. Nos hostigan constantemente. Nos humillan. Nos acusan falsamente (nos fabrican casos frígidos). Nos quieren botar. Dejamos de ser productivos. Ahora estamos siempre a la defensiva, ya que percibimos que todo el mundo nos quiere hacer daño. Radicamos querellas con recursos humanos, pero nos sentimos que ellos le responden al patrono. También hacemos querellas con la unión, pero resulta ser una burocracia, donde sabes que no va a pasar nada en los próximos años. No necesariamente confiamos en los abogados que supuestamente nos representan. No necesariamente vamos a conseguir que se haga justicia. Tal parece que el mundo entero esta en contra mía. Es una pelea entre el mundo y yo. Sabemos que es inminente que nos van a botar. El tiempo en que este allí va a ser bastante miserable, y una vez me vaya será aun peor (no voy a tener trabajo). Como quiera estoy chavao. Quisiera volver a la manera en que eran las cosas antes, pero ya no puedo. Voy a seguir tratando indefinidamente (aunque no se ve nada positivo en el futuro cercano).
¿Qué puedo hacer?
1) Nos levantamos y caminamos (aunque nos va a doler)
2) Nos quedamos peleando (y victimizándonos) para ver si al final podemos probar de que siempre tuvimos la razón (limpiar el nombre).
Ambas opciones son válidas.
Sin embargo, desde el punto de vista sistémico, se dice que el cosmos (el universo) nos esta tratando de sacar de donde estamos. Por eso se le llama la patada cósmica. Si lo miramos desde el punto de vista amplio (del cosmos) se nos hace mas fácil fluir con lo que hay, y movernos cuando nos tenemos que mover, que gastar toda nuestra fuerza vital en evitar el movimiento.
La patada cósmica no se da solamente en el trabajo.
Algo similar puede ocurrir con las relaciones de pareja (de momento me cogieron fuera de base, o si mi pareja se fue con otra persona, o cuando se acaba el amor, o cuando me doy cuenta que todo lo que hacemos es pelear). No siempre es que alguien hizo algo malo, pero no hay duda de que las cosas ya no son como eran antes.
En televisión uno ve cuando algún artista lleva muchos años trabajando en el mismo show, y de momento se lo cancelan, o lo cambian a el y ponen a alguien mas. Eso es otro tipo de patada cósmica.
Los problemas de salud también nos pueden llevar a una patada cósmica. A alguien que le descubren una enfermedad terminal y no puede seguir trabajando... o que de ahora en adelante todo en su vida va a ser tratar su condición. Tratamos de mantener el optimismo, pero no hay muchas esperanzas de que las cosas vuelvan a ser como eran antes.
Los atletas reciben patadas cósmicas cuando se lesionan y no pueden seguir compitiendo (o cuando dejan de ser competitivos... de momento dejaron de ganar).
Hay muchas maneras en que la vida nos saca de lo que estamos haciendo y por alguna razón perdemos el estilo de vida que llevábamos, o nos sacan del proyecto de vida que estábamos desarrollando. Todo estos son patadas cósmicas, el cosmos nos esta metiendo la patada.
Todo lo que tenemos lo podemos perder en un segundo.
¿Estoy diciendo que no debemos pelear por nuestros derechos?
¿Debemos luchar por nuestro bienestar?
Las dificultades de la vida ¿Las debemos tomar como pruebas que hay que pasar?
¿Serán retos o serán imposiciones que nos está poniendo Dios?
Cada una de estas preguntas son válidas y nos las debemos cuestionar en su momento. Ahora, también digo que debemos mantener las cosas en perspectiva. A veces nos creemos más grandes que Dios. Nos creemos mas inteligentes que Dios.
Pensamos que Dios se equivocó cuando nos formuló los problemas que estamos viviendo en ese momento. Pensamos que tenemos poder sobre la voluntad de Dios.
Cuando entramos en esa energía nos vamos a sentir bien solos, ya que no vamos a recibir el amor de Dios (ni de nuestros seres queridos). Nos ponemos por encima de todo el mundo y nos insensibilizamos, ya que nos estamos dedicando a pelear con el mundo y con todos los que nos rodean.
Nuestra arrogancia nos va a llevar a unos niveles donde nadie nos va a poder alcanzar.
Lo mas triste es que todo es una ilusión. Independientemente del poder que nos creamos tener, seguimos siendo seres humanos.
El otro problema es que mientras peleamos con Dios, nos estamos olvidando de vivir. Tola la energía que se supone que utilicemos nuestra misión de vida la estamos usando en una pelea que no necesariamente va a tener un final. Como estamos peleando, no vamos a poder ver todas las oportunidades que tenemos al frente y que podríamos estar aprovechando.
Cada uno de nosotros es simplemente una persona (dentro de una población mundial de 7.5 billones de seres humanos). Recuerda que el Ser Humano es una sola especie dentro de un ecosistema que incluye a millones de especies que nos acompañan (animales, plantas, bacterias, algas, hongos, etc). También debemos recordar que el planeta tierra es una pequeña molécula dentro de un Universo que es virtualmente infinito.
Así que pregunto:
¿Cuanto poder puedo tener? ¿Cuanto de las circunstancias externas podemos cambiar?
Para bien o para mal, no hay mucho que podamos cambiar. Si estamos cómodos con eso vamos a ser felices. Si no lo estamos, nos la pasaremos peleando con molinos de viento (como Don Quijote) y gastaremos nuestra energía en luchas sin causa. En verdad no hay mucho que podemos hacer.
Mark Twain dijo:
"Dios: dame la serenidad de aceptar las cosas que no puedo cambiar; valor para cambiar las cosas que puedo; y la sabiduría para conocer la diferencia."
Tenemos que saber escoger nuestras batallas e invertir nuestra energía en las cosas que verdaderamente merecen atención.
Ahora: La otra pregunta: ¿Estamos desprotegidos?
No necesariamente. Yo pienso que estamos muy protegidos. Hay una fuerza divina que nos cuida y nos protege (si nosotros se lo permitimos).
Aunque a veces tenemos que enfrentar situaciones desagradables, todo siempre termina bien (aunque sea desde una perspectiva más amplia). Todo siempre ha estado perfecto. La mejor evidencia es que estamos todos aquí.
Necesitamos ser agradecidos por todo lo que tenemos (que es muchísimo) en vez de dedicarnos a pelear por todo lo que nos "están quitando".
El no confiar tiene un precio bien alto que pagamos con nuestra salud. La principal causa de muerte son los problemas relacionados con la alta presión. Nos ponemos demasiada presión al tratar de controlar la vida y pelear con Dios. Si aprendemos a fluir con lo que hay, nuestra vida va a ser mucho mas armoniosa. No es algo necesariamente fácil, pero lo podemos hacer.
Tenemos que tener en cuenta de que la vida es bien incierta. Por más que estable que aparente estar nuestra vida, la realidad es que estamos bien vulnerables. Todo puede cambiar en cualquier momento, y podemos perder todo lo que tenemos. Toma un segundo. Sólo necesitamos un accidente, un divorcio, una demanda, un arresto (con o sin razón), un despido (incluyendo los "lay-offs"), una enfermedad, un fuego, la pérdida de un ser querido, una depresión, un envenenamiento (te comiste algo que tu cuerpo no tolero), un asalto, un escalamiento, etc. En cualquier momento nuestra vida puede cambiar para siempre (y tal vez eso esté bien, aunque no nos guste). En cualquier momento nos podemos quedar "sin nada".
No hay nada que podamos hacer para asegurarnos de que no pase "nada malo" en nuestras vidas. Claro, el tipo de vida que llevamos puede minimizar los riesgos, pero no puede asegurarse de que no vaya a pasar nada.
No significa que la vida sea mala o peligrosa, significa que debemos estar en paz con todo lo que nos haya pasado, lo que nos este pasando o lo que nos pueda pasar.
De hecho, muchas de estas "trajedias" nos llevan a situaciones positivas. A la larga estos cambios nos van a llevar a una nueva realidad que va a estar mas alineada con quien realmente somos. Todos podemos dar ejemplos de situaciones incomodas que a la larga nos han resultado beneficiosas. En el momento nos quejamos, pero después vemos que fue lo mejor.
Tal vez lo que tenemos que hacer es buscar estar en paz con lo que hay, y aceptar que las cosas son como son. En vez de anhelar tener una vida imaginaria que creamos en nuestra mente, podemos vivir la vida que tenemos frente a nosotros.
En mi opinión, la paz interior es mas importante que el tener la razón dentro de una situación o una conversación. No tenemos que dar la vida para probar nuestra inocencia. Como quiera, yo no puedo controlar lo que las personas opinen de mi, y como quiera yo no soy un billete de cien (soy un ser humano) así que diferentes personas tendrán diferentes opiniones de mi.. y eso esta muy bien.
Tenemos que saber que cada vez que se cierre una puerta, se va a abrir otra. Si estamos perdiendo una oportunidad ahora, es que próximamente se va a abrir una oportunidad mejor (que este mas alineada con quienes somos).
Es bien interesante como las cosas ocurren. Cada vez que nosotros tomemos una decisión, tenemos que rechazar otra. Si yo me caso, dejo de estar soltero. Por el otro lado, si decidimos estar solteros, estamos desistiendo de estar casados. Es importante estar presente en cada una de las etapas de la vida, y disfrutar lo que sea que tengamos. Si viene un cambio, debemos buscar la forma de adaptarnos lo mas rápido posible para que podamos aprovechar y disfrutar esta nueva etapa que este empezando ahora.
Que quiero decir con esto?
En la vida debemos dar un 100% para hacer las cosas bien. Ahora, si por alguna razón recibo una llamada cósmica, nos toca adaptarnos y acomodarnos a la nueva realidad.
Existe un libro que se llama "Who Moved My Cheese?" (Quien Movió Mi Queso) que habla sobre la importancia de adaptarnos a las nuevas circunstancias de vida. Dice que si tu metes ratones en un laberinto, y les pones un pedazo de queso en un lugar particular, ellos se van a recordar donde esta el queso, y lo van a ir a buscar todos los días. Sin embargo, si un día mueves el queso del lugar, ellos van a moverse a buscar donde están ahora. Sin embargo dice que si le pasa lo mismo a los seres humanos, en vez de seguir buscando comida, nos quedamos refunfuñando y quejándonos a ver quien se llevo mi queso.