En el 1347 empezaron a llegar a Italia marineros infectados por la peste bubónica. Ellos contagiaron a millones de personas por toda Europa. Murieron como 25 millones de personas (lo que podría ser la mitad de la población de Europa en esos días).
En 1492, los colonizadores Españoles le transmitieron viruela a los aborígenes (indios) en America. España estuvo envuelto en una de las epidemias más mortales en la historia.
Por otro lado, la existencia de los Estados Unidos se vio seriamente afectada por la viruela, durante la guerra de la Independencia (1775-1783).
En el 1894, la ultima plaga grande de peste bubónica comenzó en China, lo que termino matando a millones de personas en Asia y en Australia.
En el 1918 se dio el “Spanish Flu”. Al finalizar la Primera Guerra Mundial, los soldados regresaron a sus países de origen y llevaron con ellos la gripe tipo A. Se infectaron 500 millones de personas (1/4 de la población mundial) y murieron como 50 millones. Los gobiernos de Inglaterra, Francia, Alemania y Estados Unidos decidieron encubrir los efectos de la epidemia para que sus enemigos no usen la vulnerabilidad en contra de ellos. Esto facilito que la plaga se saliera de control dentro de esos países.
Noten como los países que han sido focos de infección en las pandemia anteriores son también los que tienen mas casos confirmados de COVID-19. La historia se repite. Hay situaciones sistémicas detrás de lo que estamos viviendo.
Es importante conocer la historia para que podamos tomarla, aceptarla y superarla.
Muchos de nuestros ancestros han pasado por situaciones dolorosas. Es importante agradecerles, ya que ese dolor fue necesario para preservar la especie. Gracias a ellos, estamos aquí.
Debemos tener en cuenta que nuestros antepasados no contaban con los adelantos tecnológicos que nos ayuden a superar la pandemia. Si seguimos las recomendaciones de los expertos, y nos quedamos en la casa, saldremos de esto pronto.