Papá: tú pertenes
Por Javier Ruiz
La crianza de los hijos requiere la presencia de ambos padres, aunque hoy día sea cada vez más común que falte al menos uno de ellos, generalmente el papá. Así mismo, es frecuente observar que en muchas familias donde el padre está presente el hombre es excluido del proceso de crianza o, incluso, se autoexcluye. Por lo tanto, los niños y niñas crecen con una carencia emocional que eventualmente puede llegar a manifestarse en problemas sociales.
En su libro La Sanación, el psicoterapeuta Bert Hellinger relaciona las adicciones con la ausencia paternal: “Caer en una adicción significa sentir la falta de algo. La adicción se convierte en un sustituto. ¿Cómo podemos curar la adicción? A través de la recuperación de lo que nos falta. ¿Quién o qué nos falta? Por lo general es el padre. Sin su padre, nadie se puede sentir completo y pleno”.
Aunque Hellinger habla en sentido figurado, sus palabras son de suma relevancia. Es importante aceptar a papá como parte integral de la familia y honrarlo tal y como es. Después de todo, fue él quien nos dio la vida, junto a mamá y, probablemente, nos proveyó el sustento y la protección en el hogar.
Si tratamos de excluirlo, ignoramos una parte importante de nosotros mismos y eso nos hace más propensos a desarrollar enredos y bloqueos emocionales; por ende, nos podemos sentir solos y desprotegidos. Al aceptarlo, nos sentimos más felices y completos. Para los padres, lo más importante es conectarse con sus hijos e hijas y pasar tiempo de calidad con ellos.
Tenemos que reconocer todo lo que papá hizo por nosotros. Entre otras cosas, nos dio la vida, su amistad, el sustento, un lugar donde vivir, protección, amor, apoyo a mamá, arreglos a la casa, nos llevó a la escuela, nos compró comida, nos llevó al parque. Papá es importante.
Independientemente de dónde se encuentre, el mejor regalo que le puedes hacer a Papá es amarlo, aceptarlo y decirle: “Papá: tú perteneces”.
El autor es facilitador de Constelaciones Familiares.
Por qué los papás son importantes:
(articulo complementario... no fue escrito por mí)
Guy Bowling, del Parents as Teachers National Center, explica los diferentes aspectos en que la participación de papá puede ayudar a una mejor formación en la vida de sus hijos e hijas:
• La presencia de un padre en la vida de su hijo o hija le enseña al niño o niña lo importante que es y lo mucho que se le ama. Esto enaltece su autoestima y su capacidad para formar relaciones positivas con los demás.
• A menudo, papá muestra a sus hijos e hijas una manera de hacer las cosas diferente a la que les enseña mamá. Los niños ven los problemas desde diferentes puntos de vista, con lo cual aprenden a ser más flexibles y comprensivos.
• Papá pueden compartir la responsabilidad en el cuidado del niño o la niña, con la madre. Esto le da a papá una oportunidad de profundizar el lazo con su hijo o hija. A mamá, le ofrece la posibilidad de disfrutar del tiempo que pasa con su hijo o hija y crea un ambiente emocional saludable para toda la familia.
• Con frecuencia el padre juega con sus hijos o hijas de manera diferente a la madre. Los padres animan a sus hijos e hijas a tomar riesgos y explorar el mundo que les rodea. Por lo general, promueven la actividad física y les enseñan a sus hijos e hijas a ser resistentes en una situación difícil.
• Es momento de jugar cuando llega papá. Una de las actividades primarias de papá con su bebé es el juego activo. Los padres pueden ser más activos en su juego con los niños que las madres. A diferencia de la mujer, el cuerpo del hombre no tiene un rol directo en el crecimiento prenatal, el parto y la lactancia del bebé; por eso, los padres y bebés parecen estar ansiosos de ponerse al día, con juegos y contacto sano que se extiende desde la infancia hasta la niñez temprana y más allá.
• Los bebés que son bien criados con la participación de papá tienden a ser más seguros y curiosos y menos vacilantes o temerosos en la exploración del mundo que les rodea. Cuando el niño se frustra, el papá tiende a esperar, en lugar de ofrecer ayuda inmediata. Esta actitud, sumada a su estilo de juego más activo, puede servir para promover las destrezas de resolución de problemas. Por ende, los niños y niñas tienen una mayor tolerancia al estrés y la frustración y se les puede facilitar esperar su turno.
• Un padre que participa en la crianza es un modelo positivo para sus hijos e hijas. Los pequeños aprenden que es positivo para los hombres asumir sus responsabilidades con sus hijos e hijas. Las niñas se benefician de tener una relación con un hombre cariñoso.
• Hay ciertas características del estilo del hombre que apoyan el desarrollo intelectual del niño o niña. Los papás suelen tener un interés especial en las habilidades analíticas, tales como las matemáticas y la resolución de problemas. La atención de papá se puede combinar con la de mamá, para influenciar la forma en que los niños y niñas perciben sus propias habilidades y los ayuda a ser más exitosos en la escuela.
• El tiempo que papá pasa leyéndole a sus hijos e hijas influye en su aprendizaje. Este puede ser un elemento determinante en el desarrollo de destrezas de pensamiento y, en el caso particular de las niñas, estimula sus habilidades verbales.
• Los niños y niñas de padres que participan en la crianza tienden a tener una relación más segura y muestran mayores niveles de empatía. Los padres que juegan un papel activo en el cuidado de sus hijos e hijas tienen niños y niñas con menos estereotipos de género.
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