(desde el punto de vista sistémico)
El racismo no es otra cosa que energía sistémica que se ha movido de generación en generación. Son miedos y creencias que se crearon hace muchos años cuando vivíamos en otra realidad. La situación ha cambiado, pero los miedos siguen ahí, escondidos en el subconsciente.
Nos toca a nosotros adentrarnos en nuestro proceso personal, para poder superarlos.
Me explico:
Las dificultades de los padres, son percibidas por los hijos y afectan la crianza. Los mecanismos de defensa que adoptan los padres ayudaran a desarrollar la personalidad de los hijos. Por lo tanto, los hijos quedan implicados por los retos que tuvieron sus padres.
Por ejemplo, cuando una familia vive en violencia, los hijos adoptan estos hábitos, o reaccionan a los mismos desproporcionadamente. De cualquier manera, la vida de ese niño siempre quedara marcada.
Como parte de los mecanismos de defensa se crean cuentitos, prejuicios, miedos y creencias falsas. Los hijos generalmente asumen estos cuentitos, ya que se perciben que de estos depende la supervivencia de la familia.
En algunos casos, los hijos cuestionan y se rebelan en contra de ciertas creencias familiares. Sin embargo, estos también quedaron implicados ya que igualmente, el cuentito afecto su desarrollo.
Nadie esta exento de estos patrones. Todos nos hemos visto afectados por los prejuicios de nuestros padres. Nuestros hijos se verán afectados por nuestros prejuicios. Mientras vayamos aprendiendo a vivir conscientemente, nos iremos liberando de las creencias erróneas.
El Racismo:
La historia del mundo esta llena de guerras de poder. En América, la clase adinerada compraba esclavos africanos para llevar a cabo la mano de obra en las fincas. Los esclavos eran abusados continuamente. Ocasionalmente los esclavos se rebelaban, se escapaban, quemaban los cultivos (causando perdidas económicas) y mataban a sus “dueños”. En aquel entonces ellos veían necesario mantener un control absoluto sobre su propiedad (sus esclavos). La idea de que los esclavos se tornaran violentos, o que tomen el control podía ser mortal. Por lo tanto, de acuerdo a la visión en aquel momento, la rebelión de los negros era un tema de vida o muerte. Le tenían mucho miedo a los negros, y estaban dispuestos a matar por tal de sobrevivir.
Tal vez en aquel momento la preocupación era legitima. Sin embargo, ese miedo se ha quedado en el inconsciente de los seres humanos, y muchas personas, sin darse cuenta, reaccionan desde estos miedos irracionales.
Cabe señalar que mi intensión con este articulo no es justificar el racismo ni la esclavitud. Son eventos históricos muy lamentables. Sin embargo, no se pueden cambiar. Así fue. Lo que podemos hacer es sanar la herida que nos dejo la historia, tal y como fue, para poder dejarla atrás y caminar hacia adelante.
Lo que tenemos que mirar con todo esto es que todos tenemos mucha animosidad reprimida, que esta saliendo con los incidentes que han ocurrido. Finalmente esta saliendo la sombra.
¿Se justifica la animosidad?
En mi caso, si. Bueno, todo el mundo te va a decir que si. Cada cual tendrá la manera de justificar sus acciones, creencias, prejuicios, etc. Cada cual tiene sus razones para hacer lo que hace. Pero ese no es el punto. Desde el punto de vista sistémico, lo que tenemos que mirar es que existe un conflicto, una polarización, y una violencia reprimida que esta saliendo. Esta es una oportunidad para sanarnos.
Debemos mirar adentro. Mirar la rabia que cargamos, y saber que hay algo mas grande que nos ha estado molestando.
El prejuicio es una condición humana. Aunque digamos que no somos racistas, siempre hay personas a las que juzgamos. Puede ser a los políticos corruptos, a lideres religiosos, extrema derecha, millonarios, hombres machistas, mujeres feministas, personas transgénero, cuponeros, violadores, pedófilos, mafiosos, bullies, Trumpistas, etc.
No estoy justificando comportamientos. Sin embargo, hay que reconocer que en este mundo existe todo tipo de perpetradores. No nos gusta. Nos molestan. Quisiéramos que no existieran, pero existen. También pertenecen. También son parte del mundo en que vivimos.
Sin justificar las acciones de muchos grupos. Hay que reconocer que ellos están actuando de acuerdo a lo que tienen; a lo que aprendieron, a las experiencias de vida, a su historia y a la historia de su familia, a sus implicaciones sistémicas.
Nosotros, mientras tanto, al guardar tanto resentimiento interno, estamos haciendo lo mismo que las personas a las que estamos juzgando. La aportación que tenemos para resolver el problema esta en sanar esa ruptura interna que tenemos y empezar a repararnos.
A la medida que cada individuo comience a integrar todos los fragmentos que tiene esparcido, estaremos ayudando a sanar el mundo. Mientras sano adentro, estoy haciendo mi parte para sanar el mundo.
por: Javier Ruiz