Los desastres naturales de esta magnitud nos van a conectar con quien realmente somos como seres humanos. En los últimos 100 años el ser humano ha creado muchas comodidades que nos han alejado de nuestra esencia. Construimos ciudades, carreteras, carros, casas, electrónicos, muebles, enseres, teléfonos, sistemas sanitarios, hospitales con medicamentos, recogido de basura, televisión, internet, etc.
En los tiempos de nuestros abuelos y bisabuelos la gente vivía diariamente lo que nos toco vivir brevemente luego del huracán. No fue hace tanto tiempo. Antes de los años 50's, en Puerto Rico la gente del campo vivían en pequeños poblados que estaban desconectados del resto de la sociedad. Casi no habían carreteras. La gente caminaba descalza varias millas para ir a la escuela (lo que podía estudiar). La familia completa (incluyendo los niños) trabajaban en la tierra (en la agricultura). Apenas tenían suficiente comida. Las casas eran de construcción casera (ellos mismos hacían sus propias casas). Para ir al baño tenían que salir a usar la letrina. No había agua potable. había que caminar varias millas para traer agua del río o del pozo. Las familias eran numerosas (tenían 10-20 hijos). Eso significa que la mama estaba embarazada durante gran parte de su vida y tenia que bajar diariamente al río, con su barriga y con su batallón de hijos, para lavar la ropa de todos ellos y para buscar agua.
Tampoco había manera de saber si se estaba acercando un fenómenos atmosférico. Los huracanes nos tomaban por sorpresa. Se metía toda la familia en una tormentera, ya que sabían que la casa no iba a aguantar. tenían que traer con ellos algunos de los animales de la finca (perros, cerdos, gallinas) ya que afuera no iban a sobrevivir. Moría mucha gente. Los que se quedaban tenían que empezar de nuevo cada vez. Los estándares de salubridad eran bien bajos (no habían desinfectantes).
Lo que estamos viviendo no es nuevo para el ser humano. De hecho, esa ha sido la vida que vivieron nuestros ancestros por miles de años. Somos privilegiados al vivir en estos tiempos. Dios nos esta dando la oportunidad experimentar lo que ha vivido el ser humano a través de su historia. En vez de quejarnos debemos agradecer todo lo que tenemos.
Esta es una prueba fuerte que nos están enviando. Si la pasamos, vamos a salir fortalecidos. Exhorto a todos a que vivamos la experiencia de la manera mas cociente posible.
Esto es algo bien incomodo. Se nos revuelcan las emociones. Tenemos estrés, coraje, resentimiento, miedo, frustración, tristeza, etc. Estamos abrumados. Queremos ayudar a los demás, pero no hay mucho que podemos hacer. Es desesperante.
En el siglo 21 vivimos bien distraídos. Llenamos la agenda de responsabilidades y no nos damos el tiempo a conectar con nosotros mismos, ni con los que están a nuestro alrededor. Cuando llegamos a la casa, después de un día largo de trabajo, prendemos el televisor y nos enfocamos en las tareas domesticas. Los teléfonos inteligentes se han convertido en nuestros principales focos de distracción. Estamos todo el día estimulando el cerebro y no nos damos permiso a sentir nuestras verdaderas emociones. Pasan los años y no nos damos el espacio para llorar las perdidas, ni ventilar el coraje, ni sentir la frustración, ni experimentar realmente lo que llevamos adentro. Regularmente usamos substancias para mantenernos desconectados de ese dolor. Usamos medicamentos, alcohol, drogas, exceso de trabajo, sexualidad excesiva, etc.
Cuando menos lo esperamos viene el Huracán Maria y nos desconecta de todas nuestras distracciones. No tenemos celular, ni electricidad, ni internet, ni gasolina, ni dinero cash, ni medicamentos, etc. Todas esas emociones que llevamos tantos años reprimiendo finalmente salen y nos caen encima como una avalancha. Ya no tenemos como escondernos de ellas. No hay escapatoria. Esto esta carbón. No es lo mismo llamar al diablo que verlo venir. Estamos ahí y no hay nada que podamos hacer. Queremos salir corriendo pero no hay hacia donde correr. Tratamos de enfocarnos en ayudar a otros (para desconectarnos de nuestro propio dolor) pero es bien difícil coordinar o saber como ayudar, ya que no hay telecomunicaciones.
No tenemos otra opción mas que vivir el presente. Es bien incomodo. Pensamos que no vamos a sobrevivir, pero no hay otra. Bien adentro sabemos que vamos a estar bien. Nos vamos a sobreponer (como siempre lo hemos hecho). A la larga la experiencia nos va a hacer mas fuertes, mas resilientes, mas humildes, mas humanos.
El problema no es el futuro, es el presente. La solución del problema esta en mantenernos viviendo en el presente. Hay una frase que me gusta que dice:
"El momento presente es inevitable".
Cada vez que no podamos aguantar la incomodidad que estamos sintiendo podemos repetir esa frase y eso nos debe ayudar a tranquilizarnos (a rendirnos). No podemos hacer nada para cambiar las situaciones externas (como el paso del huracán) pero si podemos cambiar la manera en que reaccionamos a lo que nos esta pasando.
Los huracanes nos mueven de donde estamos parados. De momento nos quitan todo lo que tenemos... las pertenencias, los trabajos, los estilos de vida, etc. Muchas personas deciden mudarse a otro país y dejar todo atrás. Es como si el cosmos te estuviera dando una patada.
Este proceso no es fuerte, pero no es necesariamente malo. Muchas veces esas patadas cósmicas no llevan a tomar un lugar que esta mucho mas alineados con quien verdaderamente somos. Debemos de estar abiertos a tomar estas nuevas experiencias y hacer lo mejor que podemos dentro de las circunstancias. La vida esta llena de cambios, No son necesariamente buenos ni malos, pero nos conviene estar listos para afrontarlos. Hay que recordar que se cierra una puerta y se abre otra.
Compasión.
Tenemos que mirarnos con amor y con mucha compasión. En vez de juzgarnos o exigirnos cosas que no podemos dar, podemos reconocer que estamos viviendo momentos difíciles que vamos a sobrepasar. Cada vez que nos sintamos incómodos, podemos respirar profundo y conectar con esa incomodidad. Eventualmente la vamos a sobrepasar.
Debemos tener paciencia. El proceso de recuperación puede ser lento e incomodo. Esta bien. Llevamos muchos años acumulando tensiones que finalmente están saliendo. Debemos permitir que salgan a su tiempo. Siempre le recomiendo a la gente que se pongan a escribir como se siente el cuerpo mientras estamos pasando toda esta experiencia. Mantener un diario (journal) nos va a ayudar a estar mas presentes y a hacerla experiencia mucho mas llevadera.
El movimiento corporal es indispensable en los momentos de crisis. Los ejercicios suaves nos van a ayudar a sentirnos mejor. Mientras sea seguro, le recomiendo a la gente que salga a caminar por el parque o el vecindario. Camina y respirar es sumamente terapéutico.
Este es el momento perfecto para conectar con los familiares y vecinos. Yo no hay teléfonos celulares que nos distraigan. Ahora las relaciones humanas se hacen mucho mas importantes. Vamos a estar presentes. Vamos a decir "si". Vamos a conocernos mejor y a apoyarnos en todo lo que podamos. Lo mas importante de todo es agradecer todo lo que tenemos.
Las comodidades no son malas. Lo que es problemático es la dependencia que desarrollamos hacia ellas. Mientras tenemos el internet, la ducha caliente, el dinero para viajar, la casa cómoda, el carro que funciona (y que tiene gasolina), etc. debemos agradecerlo infinitamente. En el momento en que no lo tenemos, debemos adaptarnos a nuestro estilo de vida y agradecerlo también. Siempre debemos estar al tanto de las miles de cosas que tenemos y que nos mantienen vivos. Yo por mi parte agradezco mucho tu atención.
Te deseo mucho éxito en esta nueva etapa de la vida.
Javier Ruiz
SanacionPR.com